La perversión del análisis fundamental
El análisis fundamental basa su criterio en el estudio de las circunstancias mercantiles (en el amplio sentido del término, incluyendo desde los meros aspectos contables hasta las perspectivas de negocio) de una Compañía que, según el entendimiento de quien lo realiza, debe cotizar en un determinado punto, normalmente denominado "precio objetivo". En este criterio sólo se contempla el precio actual de cotización de la compañía para considerar la opción de sobreponderar (comprar) si la cotización se encuentra por debajo del precio objetivo, infraponderar (vender) si lo hace por encima, o bien estimar que la cotización actual se corresponde con el valor real de la compañía.
Esta lógica bursátil tendría algún sentido si en cualquiera de los procesos que conforman el análisis fundamental hubiera una sola verdad. El falseamiento de cuentas contables se produce en el 100% de las compañías, no en una gran parte, ni en una mayoría. En TODAS. Las razones son, por una parte de índole práctico -no ofrecer demasiada orientación sobre nuestra actividad a la competencia- y legal -competir con arreglo a la ley coloca en desventaja a una compañía cuya competencia no dudará en repartir comisiones fuera de su contabilidad si con ello logra por ejemplo la adjudicación de un importante contrato de obra.
Para dar una veracidad a este proceso, las empresas de auditoría reciben cuantiosas comisiones y cruzan los dedos con la esperanza de no ver su nombre salpicado por un escándalo financiero. Enron, Lehman Brothers, y en el plano doméstico GoWex.
Por una parte, la documentación contable auditada de la compañía que pueda dar una estimación al valor nominal de sus acciones no es real. Por otra, las estimaciones comerciales (beneficios), estrategias de negocios, posición en el mercado etc. se basan en unos libros contables no veraces y en consideraciones desde la propia compañía mediante sus órganos de gobierno. Órganos de gobierno elegidos unilateralmente por el capital mayoritario de la Compañía.
Todos los elementos de juicio en tu análisis fundamental son necesariamente falsos. Y para completar la perversión del método: el alejamiento definitivo de la realidad. Si un precio cotiza en 2,50 cuando las circunstancias que tú recibes de la Compañía te hacen pensar que debería hacerlo en 6. ¿Cuál es tu límite de aguante en la situación?
El no considerar el precio actual, que es el único factor real en tu inversión, como base de tu análisis, conlleva necesariamente que cualquier desajuste (que en realidad son muchos) entre los datos que tú percibes y la realidad de la Compañía te deje atrapado de forma definitiva en una operación de la que en realidad eras ya cautivo antes de empezar. Y lo peor de todo: tú no lo sabes, porque seguirás considerando la adecuación de tu operación sobre los elementos de juicio que te llevaron a ella.
La última muestra hemos podido vivirla en el caso GoWex. El martes un teórico externo (Gotham City) estimaba públicamente que las cuentas de la compañía eran falsas, acto seguido el precio comienza a desplomarse, se producen dos comunicados a la CNMV por parte de la empresa desmintiendo la información y una reiteración del propio presidente de la Compañía en Twitter. Durante ese proceso blogs, foros, etc. se llenan de comentarios por parte de los inversores cautivos de GoWex en los que "confirman" y reiteran que efectivamente los beneficios están ahí, hay que ver qué mala idea tiene la gente, deberían detener a esta gentuza que se dedica a mentir para arruinar compañías, no hay más que ver la viabilidad de la compañía, todo el mundo utiliza internet, todos tranquilos que esto se aclara. Hasta el domingo.
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