Temas Similares al que estás viendo
Tema Autor Resp. Último mensaje
¿Cuál creéis que será la próxima burbuja? pasteleo 20 07-feb-2011 23:14
A vueltas con la Burbuja inmobiliaria arruinado 2 09-oct-2010 00:39
Riesgo de burbuja en china rasquiñan 11 11-ene-2010 21:24
¡¡ Grande Bush, grande!!! petit 1 24-jul-2008 09:58
Ayuda  -  Miembros  -  Calendario
Destacados
Respuesta
     
Herramientas Desplegado
Cascarrabias
 
Ingreso: mar-2008
Mensajes: 1.102
Predeterminado La burbuja más grande del mundo  - 26-abr-2009, 11:44
  #1

<h1>La burbuja más grande del mundo</h1>

<h3>En

Londres, los ejecutivos pierden dinero mientras las bacterias se

agolpan en restaurantes de lujo y se apaga el runrún de los 'aston

martins'. La otrora orgullosa capital financiera yace en la ansiedad </h3>

<!-- google_ad_section_end -->

<div ="firma">

POR JOHN CARLIN 26/04/2009
El País



<div ="limpiar">






<!-- Contenido noticia -->



<!-- Estructura_2col_1zq -->







<!-- Votos y comentarios -->



<!-- Fin Votos y comentarios -->















<!-- Entradilla -->

<!-- google_ad_section_start -->

De

las muchas jóvenes promesas de la gastronomía mundial que han rendido

culto en el templo de El Bulli ninguno se ha contagiado más del

espíritu del gran maestro, Ferran Adrià, que el inglés Heston

Blumenthal. Por su invención, por su osadía, por su rigor, Adrià ha

identificado a Blumenthal como su discípulo más amado. La fe de Adrià

se ha visto justificada por la designación del restaurante de

Blumenthal, The Fat Duck, como el segundo del ranking global después de El Bulli.

<!-- google_ad_section_end -->

<!-- Fin de Entradilla -->

<!-- Info complementaria -->

<div ="info_complementa">





<!-- Despiece -->

<div ="listado_despiece">





<!-- Despiece -->





<!-- Hermanas -->

<div ="listado_hermanas">









<!-- Fin Hermanas -->







<!-- Otros webs -->

<div ="otros_webs">

<!-- Otros webs -->





<!-- Fin Info Complementaria -->



<!-- Cuerpo -->

<!-- google_ad_section_start -->

<!-- Info complementaria -->

<div ="info_complementa">

<!-- Tabla -->

<!-- Fin Tabla -->

<!-- Destacados -->

<div ="dato_generico">

El mini-Manhattan de Canary Wharf tiene hoy un aspecto sepulcral. Está semivacío tras la masacre de despidos

<div ="dato_generico">

Abundan los divorcios de operadores financieros que habían confiado en ganar tanto como una estrella del fútbol

<!-- Fin Destacados -->

<!-- El dato -->

<!-- Fin El dato -->

<!-- La cifra -->

<!-- Fin La cifra -->

<!-- La frase -->

<!-- Fin La frase -->

<!-- Las claves -->

<!-- Fin Las claves -->

The Fat Duck se convirtió en un símbolo de la opulencia y ambición

de Londres, la capital financiera y cultural del mundo durante la

última década, la expresión más dinámica, optimista y derrochadora de

un boom de bienestar planetario que nos imaginábamos, en los

países ricos, eterno. Los viejos y nuevos multimillonarios de la Tierra

se instalaban en Londres, y, saciada su necesidad de ferraris y bentleys, y

de hogares caros en los barrios de Mayfair y Belgrade, tiraban fortunas

en champán, y potaje de caracol con jamón de jabugo, y nitrohelado de

beicon y huevo, en el restaurante más rabiosamente de moda en la breve,

pero espectacular, historia culinaria de las islas Británicas.
Del

mismo modo que Londres simbolizó la llamada "exuberancia irracional" de

los primeros ocho años del siglo XXI, su lamentable estado de salud

actual, demostrado en que Gran Bretaña ha sido identificado por el

Fondo Monetario Internacional como el país avanzado con peores

perspectivas económicas, refleja de manera tristemente apropiada la

crisis que asuela a la totalidad del planeta -tan apropiada, que fue el

lugar elegido por el G-20 en su última reunión dedicada a buscar cómo

resucitar la economía mundial-.
The Fat Duck ofrece a su vez una

metáfora especialmente brutal de la enfermedad que ha devorado a

Londres. En enero, clientes del restaurante empezaron a acusar síntomas

de malestar estomacal, vómitos y diarrea. El mes pasado, la cifra de

comensales que cayeron enfermos, aparentemente debido a un virus,

superó los 500. Y Blumenthal se vio obligado a cerrar sus puertas.
Hoy

las puertas se están cerrando en todo Londres; las de los restaurantes,

las de las tiendas, las de los puestos de trabajo y las de la ilusión.

Si el verano pasado la frase que definía a los londinenses era "viva la

vida", la palabra que los define hoy es "ansiedad". La mayor

concentración de ansiedad se encuentra en el sector financiero de

Londres, la fuente de la riqueza de la ciudad, el motor que generó

infinidad de puestos de trabajo para abogados, auditores, publicistas,

inmobiliarias y cocineros, y donde se ganó dinero grotescamente,

inflado a base de comisiones extravagantes y riesgos irresponsables.

Jóvenes de 25 años recién entrados en compañías de inversiones se

compraban Aston Martins o casas valoradas en dos millones de libras

(2,6 millones de euros hace seis meses, un cuarto menos hoy) porque,

por encima de sus sueldos de 65.000 libras, acumulaban primas anuales

de 200.000. Un veterano de 35 o 40 que ocupaba un puesto ejecutivo

medio tenía un sueldo fijo de 200.000, pero con frecuencia cosechaba bonus

de cinco millones. Cuanto más dinero (de otras personas) arriesgaban,

más ganaban. Ese dinero fluía por toda la ciudad. La excepción, no la

regla, fue vivir en una casa valorada en un millón de libras, lo cual

creó un clima de confianza tal, que se repartieron hipotecas como

pintas de cerveza en un pub. Todo el mundo se imaginó rico y gastó como si lo fuera.
Román

Zurutuza, un gestor de inversiones español que lleva 10 años en

Londres, explicó que el error de muchos banqueros fue no limitarse a

sus sueldos para cubrir los gastos básicos, como el coche, el teléfono,

los colegios de los niños. "Soñaban que las primas eran una garantía de

por vida y gastaban y se endeudaban en función de esa suposición. La

especie humana suele extrapolar tendencias actuales al infinito. Y esa

tendencia, esa debilidad psicológica, es lo que nos ha llevado al lío

en el que estamos. Y Londres es el lugar del mundo donde tal tendencia

se ha visto en su máxima expresión".
Y ahora, el brusco

despertar. Robert Taylor, director general estadounidense del banco

privado Kleinwort Benson, huele miedo en la ciudad a la que se mudó

hace 15 años. "Era el centro del universo cuando llegué, el lugar donde

estaba la acción y todo era posible", dice. "Hoy, la gente emite

suspiros de alivio cuando ve que su nombre no figura en la lista de los

que van a despedir, pero esa misma gente no deja de temer que el día

siguiente la suerte le abandone. En el mejor de los casos, los sueños

de futuro se han encogido. Las primas se han quedado en nada, mucha

gente hasta hace poco rica no puede pagar sus hipotecas, los proyectos

de tantos de retirarse y vivir en una casa en la costa española se han

esfumado".
La oficina de Taylor se encuentra en Canary Wharf, una

concentración de edificios altos de cristal al lado del Támesis,

construidos durante los últimos 20 años para acomodarse a las

necesidades del mundo financiero. En este periodo, el número de bancos

internacionales en Londres ascendió de 73 a 479. Nueva York no se quedó

atrás en cuanto a ganancias; pero, en cuanto a alcance y perspectiva

global, Wall Street no competía. Por su situación geográfica, a mitad

de camino entre Estados Unidos y Asia, por el idioma, por un sistema

legal ameno para los negocios, por una tradición milenaria como

centro comercial, Londres se convirtió en el gran imán del talento

financiero mundial.
Y con el dinero vinieron el arte, la moda, la

música, la arquitectura. Norman Foster y Richard Rogers, los dos

grandes arquitectos ingleses contemporáneos, recibían cheques en blanco

para cambiar de manera dramática la topografía de la ciudad. El

mini-Manhattan de Canary Wharf, antigua zona portuaria abandonada hasta

principios de los noventa, es el ejemplo más visible de esta

costosísima transformación, inimaginable en cualquier otra antigua

metrópoli europea. Pero hoy Canary Wharf tiene un aspecto casi

sepulcral. Los altos edificios, como el de Citigroup, están semivacíos

tras las masacres de despidos de los últimos meses; y se ve menos gente

a mediodía en las amplias calles peatonales de la zona de la que antes

deambulaba en plena noche por la misma zona. Las colas de taxis, que

antes entraban y recogían pasajeros apenas sin parar, llegan ahora a

sumar hasta 200 metros de longitud a la hora de la comida. (Media

docena de taxistas consultados en Londres dijeron que su trabajo había

bajado al menos un 30% desde hace un año).
Una analista

estadounidense de uno de los grandes bancos de Canary Wharf comentó,

irónica, en la cafetería Carluccio's que los pocos clientes sentados a

nuestro alrededor eran o banqueros todavía empleados con poco que

hacer, o banqueros desempleados preparando entrevistas para puestos

peor pagados. La analista mencionada añadió que de las ocho personas

que había en su sección hace seis meses sólo quedaba ella. Incierta en

cuanto a sus posibilidades, y las de su marido, para seguir trabajando,

dijo que estaba pensando seguir el ejemplo de muchos extranjeros (sean

estos ejecutivos o electricistas polacos) atraídos en los últimos años

por la bonanza londinense: venderlo todo y mudarse con sus hijos a un

país más barato y menos estresante. O, en el peor de los casos, irse a

vivir con sus padres. La duda inmediata que tiene sobre la mesa es si

sacar a los niños de sus colegios privados, preocupación inimaginable

hace apenas seis meses que asuela hoy a muchos londinenses. Como

explicaba Román Zurutuza, la inflación de la burbuja ha sido tal, que

le cuesta más la guardería de su hija de cinco años que lo que pagaría

por un master de dirección de empresas en el IESE.
Si

Carluccio's tenía un ambiente depresivo, este local vibra de energía

positiva comparado con Sumosan, un restaurante asiático en el barrio

más rico del centro de Londres, Mayfair, elegido por un banquero

extranjero para comer. Hace un año, decía el banquero, había que pelear

para conseguir mesa. En esta ocasión, el 90% por ciento estaban vacías.

El banquero dijo que no le sorprendía, en un contexto en el que mucha

gente anteriormente rica sobre el papel se había quedado sin

nada. "Conozco a varias personas que habían invertido los ahorros de su

vida a lo largo de 15 años. Y ahora ese dinero vale el 20%, el 10% o el

0% de lo que valía el año pasado. Hay casos así por un tubo". "Como

también hay casos abundantes", señalaba el banquero, basándose en datos

publicados en la prensa británica, "de divorcios provocados por la

crisis económica, particularmente en matrimonios en los que el marido

operaba en el mundo financiero y había depositado toda su confianza en

ganar dinero como un futbolista de la Premier League, o más, toda su

vida. Y 'esto no es para lo que yo había firmado', es lo que están

diciendo muchas esposas de banqueros. Se habían acostumbrado a una vida

de lujo tremendo. Ven que eso se acabó, y se van".
El divorcio

entre el sector financiero y el resto de la capital, o la ruptura del

cordón umbilical que los unía, implica que Londres se queda sin lo que

sus habitantes llaman the lifeblood, la sangre de la vida. No

hay más que darse una vuelta por Mayfair, un barrio del que podía

suponerse que iba a aguantar la embestida de la crisis mejor que otros.

En la calle de Piccadilly, donde se ven carteles que anuncian

liquidaciones, trabajadores de la venerable marca de porcelana Wedgwood

estaban desalojando su más emblemática tienda. La Princes Arcade, un

paseo peatonal de tiendas de lujo a 100 metros de Piccadilly Circus -el

centro geográfico de la ciudad-, da pena: la mitad de sus 20 tiendas

han cerrado. En la elegante Saint James' Street, a cinco minutos a pie

del palacio de Buckingham, un lujoso bar y restaurante llamado Just

James ofrece algo desconocido hasta hace muy poco, pero común de

repente en toda la ciudad: un menú de almuerzo barato, en este caso,

dos platos por 8,95 libras (10 euros).
El mismo ambiente apagado,

las mismas escenas se ven en barrios de clase media como Shepherd's

Bush, donde la mitad de los restaurantes que había hace un año han

dejado de existir. Un guionista de cine que vive allá, Henry

Fitzherbert, acaba de constatar que incluso el mercado laboral de las canguros

para niños ha sido diezmado. "Hace un año pusimos un anuncio y en tres

días respondieron veinte", recuerda Fitzherbert. "Esta semana hicimos

lo mismo y respondieron 90 en 24 horas, algunas de ellas con títulos

universitarios de posgrado".
Cualquier persona con la que se

hable en Londres conoce a gente que nadaba en la abundancia y que, de

la noche a la mañana, ha caído en la desesperación. Entre otros,

Fitzherbert menciona el caso de una pareja con casa en el acomodado

barrio de Richmond. "Ella estudió en Cambridge, él, en Oxford. Hasta

diciembre, ella trabajaba en un alto puesto de la BBC, él, en un banco.

Los dos se han quedado sin trabajo y no saben qué hacer o por dónde

buscar. Es muy duro. Los que todavía tenemos ingresos damos gracias

cada día".
Y hay otro problema de fondo que quizá explique en

parte los disturbios que se registraron en Londres como respuesta a la

reunión de los líderes del G-20, y que da motivos para pensar. La

analista entrevistada en Carluccio's cree que el conflicto social va a

incrementarse. Las enormes ganancias del sector más rico de la ciudad

han producido grandes recaudaciones tributarias, pero el dinero de las

arcas del Estado se verá drásticamente reducido, lo cual dificultará la

tarea de seguir cuidando las necesidades de los que no trabajan, los

que habitan las periferias más pobres de las ciudades del Reino Unido.
¿Renacerá

Londres? ¿Volverá a ser la capital más potente de Europa, o incluso del

mundo? ¿Recuperará las glorias de la época prevomitiva del Fat Duck? La

media docena de banqueros o de hombres del mundo financiero

entrevistados para este reportaje opinaban que en unos años, sí. Que

había demasiado talento, energía y experiencia acumulada en la ciudad

para pensar otra cosa. Algunos decían que incluso ya veían luz al final

del túnel. Se trata de gente claramente muy capaz, con lo cual existe

la tentación de creerla. Pero, como decía un columnista de The Observer hace

poco, las previsiones económicas hechas por los expertos a lo largo de

los últimos años las podría haber hecho con igual acierto una familia

de chimpancés: así que, lo que no está del todo claro es si esa luz

emana del sol o de una locomotora de tren acercándose en dirección

opuesta a gran velocidad.


Vive en el lado oscuro. Es más divertido
Cascarrabias está desconectado  
   VOLVER AL FORO     Ir al principio de la página
Responder Citando
Naeglerio
 
Ingreso: dic-2008
Mensajes: 1.654
Predeterminado 26-abr-2009, 12:12
  #2

Que bueno, Cascarrabias. Jolín, cómo cambian las cosas...
Naeglerio está desconectado  
   VOLVER AL FORO     Ir al principio de la página
Responder Citando
Respuesta
Otros temas en el Foro de Bolsa
Tema Resp. Visitas Último mensaje
DEP 15 16414 Napster85
SP500 950 146178 huskyjerk
marzo 2023 11 17370 torpedor
Intra febrero 2023 16 15633 huskyjerk
ORO - GOLD 2281 263283 pottoka
intra enero 24 17942 pottoka
DAX MEDIO PLAZO 137 62309 pottoka
intra diciembre 2022 15 16326 blanca
Intradía Noviembre 22 20 16388 pottoka
Bitcoin 1346 122092 pottoka
Temas Similares al que estás viendo
Tema Autor Resp. Último mensaje
¿Cuál creéis que será la próxima burbuja? pasteleo 20 07-feb-2011 23:14
A vueltas con la Burbuja inmobiliaria arruinado 2 09-oct-2010 00:39
Riesgo de burbuja en china rasquiñan 11 11-ene-2010 21:24
¡¡ Grande Bush, grande!!! petit 1 24-jul-2008 09:58


Herramientas
Desplegado

Normas de Publicación
No puedes crear nuevos temas
No puedes responder temas
No puedes subir archivos adjuntos
No puedes editar tus mensajes

Los Códigos BB están Activado
Las Caritas están Activado
[IMG] está Activado
El Código HTML está Desactivado


La franja horaria es GMT +2. Ahora son las 13:32.


Un sitio creado por Alberto Iturralde

Desarrollado por: vBulletin® Versión 3.8.9
Derechos de Autor ©2000 - 2024, Jelsoft Enterprises Ltd.
Traducido por mcloud de vBhispano.com